Este hombre que ven en la foto, Manuel Class, es mucho más que un simple distribuidor. Es el rey de la heroína en Ojo de Agua, el que mueve los billetes y compra conciencias. Este tipo no es cualquiera, él camina con el alcalde, con los policías, con los políticos. Él reparte el $$$ y controla el juego.
Su esposa, mucho más joven, es la dama del lujo, viajando por el mundo con el dinero sucio de lo que se vende en las calles. Pero ahí no acaba la cosa: su hijo, Lemuel Class, es el sicario de confianza, el que ejecuta lo que sea necesario para mantener el negocio en pie.
En esta red también entra otro nombre caliente: Marcos Cruz Molina, un mercenario que, con el precio correcto, te consigue lo que necesites. Y si piensan que los uniformados están fuera del negocio, piensen de nuevo. Los sargentos y policías están en nómina, cobrando por hacerse de la vista larga. Entre ellos, la municipal Yazira Rodríguez, quien filtra información clave, desde tablillas de vehículos hasta si “los feos” (las autoridades federales) andan merodeando por el área.
La realidad es que Manuel Class es como un alcalde en Ojo de Agua. Nadie lo toca porque él es el dinero, el que mueve los hilos, el que paga para que todo siga igual. Pero aquí no nos quedamos callados.
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