Nelson Torres Delgado, conocido como “El Burro”, se ha convertido en uno de los fugitivos más buscados por el FBI en Puerto Rico por su presunta participación en el tráfico de drogas y la violencia asociada con este delito. Según las autoridades, Torres Delgado habría liderado una organización criminal dedicada al contrabando de cocaína y otras sustancias ilícitas desde la ciudad de Caguas hacia los Estados Unidos.
Desde que se emitió una orden de arresto contra él en 2021, Torres Delgado ha logrado evadir a las fuerzas del orden y se ha mantenido en fuga. Sin embargo, recientemente se ha filtrado información de que el narcotraficante se encuentra en Venezuela, donde se estaría ocultando con la ayuda de otras personas vinculadas al mundo del crimen organizado.
Según fuentes cercanas a la investigación, Torres Delgado habría viajado a Venezuela a través de una red de contactos y protección que le permitió escapar de la vigilancia de las autoridades puertorriqueñas.
Se cree que el narcotraficante estaría viviendo en un lugar seguro y que cuenta con el apoyo de otras personas que le proporcionan alimentos, transporte y otros suministros necesarios para su supervivencia.
El FBI ha intensificado su búsqueda de Torres Delgado en Puerto Rico y en otros lugares, y ha solicitado la cooperación de las autoridades venezolanas para localizar y capturar al fugitivo. Sin embargo, la situación política y social en Venezuela, así como la presencia de otros grupos armados y organizaciones criminales en el país, complican la tarea de las fuerzas del orden.
Mientras tanto, las autoridades puertorriqueñas han emitido una alerta para que la población no intente acercarse a Torres Delgado ni colaborar con él o sus cómplices, ya que se considera un individuo peligroso y armado. Además, se ha ofrecido una recompensa por información que conduzca a su captura.
La fuga de Nelson Torres Delgado pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las autoridades en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en Puerto Rico y en toda la región. A pesar de los esfuerzos de las fuerzas del orden para desmantelar estas organizaciones, la persistencia y la capacidad de adaptación de los delincuentes hacen que este sea un problema continuo y complejo que requiere una respuesta integral y coordinada.