La muerte de Kanito Lancer, uno de los mejores encubiertos del NIE, ha conmocio a la comunidad en Puerto Rico. Según informes, su esposa, Keishla Meléndez, también conocida como Keila, lo seteó para que fuera asesinado por la mafia local a cambio de una gran suma de dinero.
Lancer fue baleado y quemado vivo en su automóvil en el campo de Cubuy de Naguabo, y su esposa huyó rápidamente a Massachusetts, Estados Unidos, después del asesinato. Este incidente ha dejado a la comunidad en estado de shock y ha resaltado la presencia de la corrupción y la criminalidad en Puerto Rico.
Lancer era un encubierto de gran valor que había ayudado a la captura de numerosos elementos criminales en el sistema de justicia criminal de Puerto Rico. Su trabajo había sido esencial para resolver muchos casos criminales, lo que lo convierte en un héroe en la lucha contra la delincuencia en Puerto Rico.
Se rumorea que la División de Drogas de Humacao, una rama corrupta de la policía, estaba detrás del asesinato de Lancer. Se cree que Lancer estaba descubriendo la fibra de la corrupción en la policía, lo que los llevó a “silenciarlo”.
La historia de Lancer es un recordatorio escalofriante de la presencia de la criminalidad y la corrupción en Puerto Rico. A pesar de los valientes esfuerzos de los encubiertos como Lancer, la delincuencia organizada sigue siendo un problema importante en la isla.
Además, esta historia es un recordatorio de que los seteadores no pueden escapar de las consecuencias de sus acciones. Keila Meléndez, la esposa de Lancer y supuesta seteadora, ahora está siendo buscada como una aguja en un pajar por los sicarios de la mafia local. Aunque ella logró huir a Massachusetts, nunca podrá volver a pisar la isla de Puerto Rico, ya que su vida correría un gran peligro.
La trágica muerte de Kanito Lancer es una pérdida no solo para su familia y amigos, sino también para la comunidad de Puerto Rico. Su trabajo incansable y valiente en la lucha contra la delincuencia organizada nunca será olvidado, y su historia será un recordatorio de que todavía queda mucho por hacer para erradicar la corrupción y la criminalidad en Puerto Rico.